El Calendario es una cuenta sistematizada del transcurso del tiempo, utilizado para la organización cronológica de actividades. Se trata de un conjunto de reglas o normas que tratan de hacer coincidir el año regular con el año estacionario.Antiguamente, muchos estaban basados en los ciclos lunares, perdurando su uso en el calendario musulmán, en la fecha de varias fiestas religiosas cristianas y en el uso de la semana (correspondiente a las cuatro fases lunares, aproximadamente).En la actualidad, la mayor parte de los calendarios tienen por referencia el ciclo que describe la Tierra alrededor del Sol y se denominan calendarios solares.El calendario sideral se fundamenta en el movimiento terrestre respecto de otros astros diferentes al Sol.
Se considera el calendario como una de las primeras herramientas de la astronomía porque desde la antigüedad, los hombres han sentido la necesidad de ordenar su actividad cotidiana, y de situar los acontecimientos en el pasado o futuro. La observación de la naturaleza ha revelado 3 fenómenos astronómicos que sirven para medir el tiempo: La alternativa de los días y las noches, la sucesión de las fases de las lunas y el ciclo de las estaciones. Así se estuvieron 3 unidades naturales de tiempo; El día, asociado con la rotación de la Tierra sobre sí mismo, el mes, asociado con la rotación del movimiento de la Luna en torno a la Tierra, y el año asociado con el movimiento de la Tierra alrededor del Sol.
Calendario juliano: es el antecesor del calendario gregoriano y se basa en el movimiento aparente del sol para medir el tiempo. Desde su implantación en el 46 a. C., se adoptó gradualmente en los países europeos y sus colonias hasta la implantación de la reforma gregoriana, del Papa Gregorio XIII, en 1582.
Se denomina periodo juliano a el ideado por Escalígero en 582; su duración es de 7 980 años y su origen se fijó en el primero de enero de 4 713 a C. Se usa para ciertos cálculos astronómicos.
Calendario gregoriano: Se llama así, gracias a la reforma del Papa Gregorio XIII, surge luego del calendario juliano. Características:
- Día con duración de 24 horas.
- Semana de siete días de duración: lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo; este último día es el primero de la semana para el cómputo eclesiástico.
- Año repartido en 12 meses: enero (31 días), febrero (28 ó 29), marzo (31), abril (30), mayo (31), junio (30), julio (31), agosto (31), septiembre (30), octubre (31), noviembre (30) y diciembre (31).
- El año comienza el primero de enero y finaliza el 31 de diciembre.
- Año de 365 días, 5 horas, 49 minutos y 20 segundos. Para estandarizar, tres años son de 365 días y el cuarto, llamado bisiesto es de 366.
- Los años seculares –los que terminan en doble cero- no cuentan como bisiestos (1800, 1900...); excepto cuando el año es múltiplo de 400, como el 2000.
Papa Gregorio XXI
Calendarios primitivos
Un calendario es un sistema inventado por el ser humano para dividir el tiempo en períodos regulares: años, meses, semanas, días, a partir de criterios fundamentalmente astronómicos. Así, calendarios y astronomía forman parte y son expresiones de un mismo proceso: el desarrollo histórico de las observación del cielo, el ciclo de las estaciones y la naturaleza; es decir, del cosmos en el cual el hombre se ve inmenso y del cual se siente partícipe. Asimismo, se pueden crear calendarios de acuerdo con el desarrollo de alguna actividad, por ejemplo, calendarios agrícolas, calendarios religiosos, calendarios escolares, etc.
Algunos calendarios
Los calendarios Solares: Se basa en el tiempo que tarda la Tierra en cumplir su revolución en torno al Sol.
Antes de la llegada de Cristóbal Colón a América, los mayas y los aztecas ya utilizaban un calendario solar de gran precisión.
Los calendarios Lunares: Los antiguos egipcios utilizaban un calendario lunar asociado a las crecidas del río Nilo, el año se dividía, por ese motivo en tres estaciones: akhet (inundación), peret (invierno) y shemou (sequía estival).
Babilonio: Al principio, el año babilónico estaba constituido por 12 meses de 30 días, es decir, que tenía casi 5 y 4 días menos. Tiempo después se acortaron algunos meses para distribuirlos con más exactitud en el calendario a partir de la aparición de la luna nueva. Esta distribución causó un desgaste más al calendario y a las estaciones. Los babilónicos resolvieron esta dificultad agregando un nuevo mes de acuerdo a un ciclo determinado.
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